Description
Los judíos mueren en Europa y se los entierra como a perros. Así terminaba la carta de octubre de 1940 en la que Hannah Arendt comunicaba a Gershom Scholem que Walter Benjamin, su amigo común, se había quitado la vida huyendo de los nazis. Esta correspondencia, que comienza en 1939 con una carta de Arendt desde París y termina en 1964 con una carta de Scholem desde Jerusalén, muestra en qué medida a ambos les unían su dolor por los muertos y la lucha por la memoria del pueblojudío, y cómo estas dos claves cimentaron su amistad.
Con la mirada puesta en el fracaso de la emancipación y la asimilación, los dos pensadores trabajaron en una relectura de la historia judía: Scholem vio en la mística una corriente invisible, mientras que Arendt reconoció en la conciencia de paria una tradición oculta del judaísmo. Sobre este trasfondo se desgranan las circunstancias de un diálogo por escrito que adquiere las dimensiones de un documento histórico y político. El lector hallará en estas página