Description
Al igual que sucede con los adultos, los niños son capaces de emocionarse desde muy pequeños: se alegran cuando ven la cara de sus padres, se asustan cuando de repente escuchan un estruendoso ruido, se enfadan cuando no se atiende inmediatamente a sus deseos y se ponen celosos si creen que han perdido el afecto de sus padres en favor de otra persona.
Cuántas veces se oye hablar de el príncipe destronado! Este príncipe no ha renunciado voluntariamente, sino que alguien le ha usurpado su trono. Un enorme trono dorado, demasiado grande y bonito como para perderlo así sin más: hay que luchar por recuperarlo!, y aparecen los celos como consecuencia del nacimiento de un hermano o hermana.
Como cualquier otro síndrome, se compone de una mezcla de emociones y conductas, generalmente disruptivas, que son el aviso de que el niño sufre.
La labor de los padres es ayudar al niño a superar estas fases con el menor impacto posible de cara a su salud afectiva y una convivencia familiar de cal