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Podemos creer que los niños, o nuestros hijos, pueden estar tristes y llegar a deprimirse? La mayor parte de la gente no lo cree y ese es el problema.
Lo más importante para resolver una dificultad es reconocer su existencia. Pero esto ocurre difícilmente con la tristeza y con lo que puede ser su consecuencia. Nadie la tiene en la cabeza y por eso es tan difícil combatirla!
Es muy duro aceptar que un niño está triste, porque esto es algo que nos parece contra natura. Pero algunas veces, afortunadamente no muchas, los niños se callan, se paran y le dan vueltas a algo en la cabeza y entonces sufren mucho. Está mustio! es una expresión frecuente.
En esta guía podemos encontrar pautas que nos tranquilizarán y nos dirán en qué hemos de fijarnos y cómo podemos valorar lo que nos parecen síntomas de tristeza en nuestros hijos. Nos ayudará a conducirnos de forma equilibrada, porque no hemos de olvidar que se puede pecar tanto por exceso como por defecto.
Con el cuento Arcoíris podr