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En medio de una cultura que solo valora el presente, porque el pasado ya pasó y el futuro todavía no existe, la esperanza todavía tiene la última palabra en nuestro mundo, como la tuvo en la época de Francisco.
En este contexto, la escatología, como reflexión sobre las realidades últimas, es directamente proporcional a la esperanza. La esperanza es una virtud teologal del presente, pero con la mirada y el deseo puestos en el futuro. El contenido esencial de la esperanza de la fe afirma, reconoce y confiesa que ?somos futuro?, porque Cristo nos ha precedido en el misterio de un futuro absoluto.
Probablemente esta expresión, ?somos futuro?, tan acertada para definir la antropología cristiana y la soteriología, es la que está detrás de la definición con la que los primeros hagiógrafos se referían a Francisco de Asís. Él habla en sus escritos de ?este siglo? y del ?siglo futuro?. Por eso, sus primeros hagiógrafos se re?eren a él como ?un hombre nuevo y del otro mundo?.
Sin embargo
