Description
Una coincidencia de herencias patrimoniales convirtió a la Monarquía Hispánica en tiempos de Felipe II en el imperio más grande conocido hasta entonces. Bajo el cetro de los reyes españoles se reunió una gran cantidad de territorios repartidos por los cuatro continentes entonces conocidos: Europa, África, América y Asia. Semejante despliegue territorial suscitó rivalidades y oposiciones para contrarrestar la hegemonía alcanzada. Tales oposiciones obligaron a desarrollar una política defensiva que se extiende desde las islas Filipinas hasta los Países Bajos, pasando por América, la península Ibérica, Italia y el norte de África. Para defender tan grandes extensiones territoriales separadas por mares y océanos, hubo que fortificar puertos y ciudades, crear fortalezas en puntos estratégicos, levantar ejércitos, establecer guarniciones, organizar armadas y montar un sistema de comunicaciones de alcance global para mantener conectados los distintos espacios pertenecientes a la monarquía e i