Description
La posición de las piernas, la ausencia de rostro (rasgo que la dota de mayor misterio y, a la vez, universalidad), la rotundidad de las formas, la inevitabilidad del primer plano y, desde luego, ese oscuro y espeso triángulo que castiga cualquier intento de negar lo que se está contemplando.: esta obra de Courbet, escandalosa y arrebatadora, posee un poder de fascinación tal que la convierte en una pieza única de la historia del arte occidental.
Y si apasionante puede ser el análisis pictórico de este Origen del mundo, no lo es menos el de su itinerario desde que Courbet lo pintara en 1866 para el diplomático y coleccionista turco Khalil Bey: trazado al detalle por Thierry Savatier gracias a una exhaustiva investigación (que ilumina muchos aspectos oscuros y abre estimulantes líneas futuras), conoceremos el París galante de finales del siglo xix pasando por los años de la ocupación nazi de Hungría, donde el cuadro fue robado, hasta su vuelta a Francia tras su adquisición por