Description
Me gusta pensar en Zerzura como una idea que no podemos describir con una palabra, algo que espera a ser descubierto en algún lugar remoto e inaccesible, si uno es lo suficientemente arrojado como para intentar su búsqueda. Algo indefinido, con contornos diferentes según el individuo que lo piense; para un árabe, puede ser un oasis o un tesoro oculto, para un europeo, un yacimiento arqueológico, una nueva planta o mineral o, simplemente, el anhelo de encontrar algo todavía desconocido.
Así describía Ralph Bagnold la pasión que durante los años treinta del siglo XX arrastró a un grupo de aventureros cosmopolitas ?el Club Zerzura? a internarse en el desierto de Libia, recorriéndolo en vehículos y aeroplanos en pos de oasis perdidos y antiguas ciudades de civilizaciones desaparecidas, con las Historias de Heródoto como guía de viaje. Pero, detrás de un aparente y caballeroso espíritu deportivo, estos gentlemen se dedicaban a cartografiar el desierto de Libia por motivos militares. El C