Description
La salida y llegada de las flotas de Indias a través de la bahía de Cádiz constituía un verdadero espectáculo que no dejaba indiferente a nadie, ya sea por los familiares y amigos que viajaban en ellas y las noticias acerca de su suerte; ya sea por los negocios que les estaban vinculados, el empleo que atraían, o la oferta de productos, muchos de ellos exóticos, expuestos más tarde en las tiendas del pequeño comercio. Y, aunque en menor escala, otro tanto producían los navíos sueltos y registros, cuando las flotas no podían hacer su trayecto.Todo este universo, periódicamente recreado a lo largo de casi todo siglo XVIII, no hubiera sido posible sin el concurso de los comerciantes y hombres de negocio que lo impulsaban. El llamado consulado de cargadores a Indias, establecido en Sevilla en 1543, agrupaba a una parte sustancial de ellos con diferentes procedencias; aquellos que, bajo la protección de la Corona, hacían posible que el comercio entre España y América fuese una realidad y lo