Description
El escándalo por una caricatura de Mahoma en una revista danesa, el secuestro del semanario satírico El Jueves, los atentados contra Charlie Hebdo, el caso Zapata... La cuestión del humor y de sus límites está innegablemente a la orden del día y Darío Adanti, uno de los fundadores de la revista Mongolia, la plantea en Disparen al humorista a través de un ensayo en viñetas que no sabe si definir como una defensa contra la corrección política, un método para salvar al humor de la tendencia totalitaria de Occidente o una herejía contra toda religión.
Para Adanti, el humor es un género de ficción y la ficción tendría que ser ese lugar sin límites, como lo son la tragedia, la épica, la aventura o la poesía; lo que debería tener límites no es el humor, sino el cuándo y el dónde de la representación del humor, es decir, su contexto. Mantiene que ?para respetar sentimientos y creencias, algunos proponen limitar el humor y la libertad de expresión. Arrojan la idea laica de la libertad de cult