Description
La poesía de Claudio Rodríguez es un milagro del equilibrio: halla su mejor decir a medio camino entre lo lírico y lo narrativo; sabe sostenerse sobre la delgada línea que separa lo racional de lo irracional; participa del aliento más alto y se nos manifiesta terrestre, casi campesina; hace canto de lo coloquial y lleva la voz de los clásicos hasta su propio instrumento para reinventarla. En su entonación andan juntas la hondura de Quevedo y la gracia aleve de Garcilaso; el misterio de san Juan y el desgarro de Manrique. Su verso nunca nos convence, nos doblega; ni siquiera nos seduce, nos enamora, nos arrebata, sentimos al leerlo la misma gratitud que cuando contemplamos cuajarse en el horizonte, siempre por estrenar, siempre nacida de sí misma, la luz de una nueva amanecida.